#Ciudad
Quotes about ciudad
The concept of "ciudad," or city, is a tapestry woven with the threads of human ambition, culture, and community. Cities are vibrant hubs of activity, where the pulse of life beats strongest, and the dreams of countless individuals converge. They represent the pinnacle of human achievement, showcasing architectural marvels, technological advancements, and a rich tapestry of cultural diversity. People are drawn to quotes about cities because they encapsulate the essence of urban life—the hustle and bustle, the challenges and triumphs, and the unique stories that unfold within their boundaries. Cities are places of opportunity and innovation, where every street corner holds a new adventure and every skyline tells a story of progress. They are living, breathing entities that inspire awe and introspection, prompting us to reflect on our place within the larger human narrative. Whether it's the allure of a bustling metropolis or the charm of a quaint town, cities captivate our imagination and fuel our desire for connection and discovery. Through quotes about cities, we find a shared language that celebrates the dynamic and ever-evolving nature of urban life, reminding us of the beauty and complexity that define our modern world.
Las macrópolis han perdido su centro, el núcleo lógico del que una vez salieron. En Tokio, Roland Barthes experimentó la fascinación del vacío central: la ciudad como constante orilla. Los habitantes del Distrito Federal conocemos este asombro; el paisaje nos excede en tal medida que la única forma de cohesionarlo, de darle sentido, es ir de un lado a otro: funciona porque es atravesado.
La ciudad, para el que pasa sin entrar, es una, y otra para el que está preso deella y no sale; una es la ciudad a la que se llega la primera vez, otra la que se dejapara no volver; cada una merece un nombre diferente; quizá de Irene he hablado yabajo otros nombres; quizá no he hablado sino de Irene.
No puede decirse con certeza que uno haya verdaderamente amado a una ciudad hasta que no se ha decidido a abandonarla. Sólo entonces es posible empezar a recorrerla en la memoria e intuir que esa ciudad que despedimos tiene las dimensiones de una herida.
La ciudad es portátil. A cada paso se desdobla.Se alisan los pliegues del terreno mientras se activan las perturbaciones de la memoria.
Recorrer la ciudad es contar una historia cuyo final se desconoce. En esta ciudad sin límites sobre esta topografía ilegible tachada sólo es posible descifrar cada rincón mientras se avanza.
Las ciudades son como las lenguas. Hay algunas que las encuentras hermosas, pero que no las hablarás jamás.
En el mundo que abandoné, la presencia de los otros ejerce un control sobre los actos. Mantiene la disciplina. En la ciudad, sin la mirada de los vecinos nos comportaríamos con menos elegancia.
Cuando se nos enseñó a mirar con atención rincones y trozos insignificantes de la ciudad con el ojo fotográfico -una caja de fósforos junto a la rueda de un coche, un pedazo de puerta al sol, una pierna que sube la escalera-, comprendimos que nuestros ojos están ciegos.No nos sirven nada mas que como lazarillos para cruzar las calles, no tropezar con otros y ganarnos la vida.
La sabiduría de una ciudad no hay que medirla por los sabios que acoge, ni por sus bibliotecas, ni por sus ilustradores, calígrafos y medersas, sino por el número de crímenes tortuosos cometidos en sus calles oscuras a lo largo de miles de años.