- El hombre que sabe hacerla reír sabe hacerla vivir, pues no hay sentimiento más hermoso- le dijo Sol una mañana.- ¿Y eso por qué? - contestó ella divertida.- Porque la risa tiene más fuerza que todo lo demás, más incluso que el amor y las pasiones. La risa es una forma de perfección inalterable. Nunca te arrepientes, se vive siempre con plenitud. Cuando acaba siempre te quedas satisfecho y te apetece más, pero no la pides. Incluso el recuerdo de la risa es siempre agradable.

Es preciso reír y, al mismo tiempo, filosofar, cuidar de los asuntos domésticos y mantener las demás relaciones habituales, sin dejar de proclamar jamás las máximas de la recta filosofía.

Llore si le parece. Yo por mi parte me muero de risa.

Pepita sentía las olas de todas las costas de Inglaterra romper en sus profundidades femeninas.

La señorita Worthington no encontraría su épico final en el frío beso de un puñal, al pie de un acantilado o a manos de un bandolero cabreado. No. Moriría arrollada por un gorrino de la sierra, con los pololos a la altura de los tobillos.

¡Volveréeeee!" gritó silenciosamente su virilidad, antes de retirarse a un estado sumiso.

Colin seguía gruñendo, mirándome con cara de pocos amigos. ¿Qué mierda le habría hecho a este tipo para que me mirase así? ¿Acaso me habría visto espiarlo cuando se bañaba?

Comienzo a sentir que vale la pena vivir, ya que existe la risa. -Stella. Ana de la isla.

Yo dando consejos sentimentales a mi madre es como un pez dando consejos a un caracol sobre cómo volar

El derecho a reírnos de lo que nos dé la gana debería ganar al derecho a que nadie se ría de uno o de las cosas que a uno le importan. No se trata sólo de defender la libertad de expresión, se trata también de reivindicar la libertad de cachondeo.